"Cuando me enteré de la verdad era como que no caía. Era como que estaba flotando en una nube y no sabía como actuar. Después que el médico me dio la noticia, salí a caminar y entonces me cayó la ficha de lo que estaba pasando. Dije: ?¡uhhh!? y pensé en un montón de ?giladas?: que ya me iba a morir, me acordé de las personas que estuvieron conmigo... las cosas que me pasaron por la cabeza no las quiero recordar", cuenta Sara, de 25 años, quien se enteró hace un mes de que tiene el virus del sida.
La joven afirma que lo que más la afectó al principio, era que sentía todo tipo de dolores, aunque en realidad no los tenía. "Me tomó un tiempo asimilar lo que tenía dentro de mí y hasta pensé que había contagiado a mis amigas. Son terribles las cosas que a una le pasan por la cabeza cuando recibe una noticia de esta dimensión", remarcó.
Luego dijo que ahora piensa las cosas con mayor calma: "trato de informarme bastante sobre las características de la enfermedad, aunque las ?babosadas? que dicen en internet son tremendas; la mayoría de las veces son mentiras, así que mejor no leer esas cosas".
Más tranquila y con cierta esperanza, Sara cuenta que encontró una persona que la está guiando y también "un grupo de médicos que son tremendos. Me estoy haciendo los estudios... y bueno, si tengo que hacer el tratamiento para estar bien, lo haré. Tengo muchas cosas para hacer todavía antes de que pase lo inevitable; lo que todos en la vida pasamos". Y agrega que una de esas cosas es ser madre: "espero poder cumplirlo", se ilusiona, y un brillo cubre sus ojos. "Me siento bien, no me duele nada; muchas de las cosas que me pasan son creadas por mi imaginación. Sólo quiero vivir y estar bien", finalizó.